
Se acabaron las manzanas. Primera señal de la temporada que termina. "El final del verano llegó..." (alguien se acuerda de esa serie coño?) Pero no sin antes sacarle el jugo con paseos varios por locales capitalinos con dancin alterno.
Ático (Irarrázaval esquina Salvador): un buen descubrimiento de la Marce. Se entra por el segundo piso, donde hay un bar y la pista de baile está en el primer piso. La música es demasiado cargada a los 80s, pero mucho más actual que otros antros.
Minga (Irarrázaval junto al oscuro Bal-le-duc): Un zócalo-sauna con mucha onda para llegar a cualquier hora, eso si no llega el parte de carabineros de cada día.
Clandestino (Bombero Nuñez altura del 300): De capa caída, con un DJ errático que no tenía idea de mezclar, sólo de poner canciones a su antojo. Todos los tipos que están sobrando en Santiago se paseaban por el lugar. Lo que la ola botó y devolvió de las playas. Creo que vi a un puro tipo guapo en toda la noche. La guinda de la torta fue que a las 4 en punto nos echaron casi a patadas, sacándonos la mesa, las sillas y sin siquiera dejarnos terminar la cerveza.
Soda (Antonia López de Bello, entre Purísima y Bombero Nuñez): He ido a mejores fiestas en este lugar. El espacio es bueno, hace falta un DJ más eficaz y claro como el cumpleaños era de 6, uno de ellos que gustaba del reggaeton... Comprenderán que no fue mucho mi estilo. No era mi noche.
Para darle un nuevo sabor a la temporada compré dos kilos de frambuesas (no exagero) y me pasé la tarde del sábado amasando para hornear unas masas de hojas rellenas de queso y frambuesas (recuerdan los croissant del Au Bon Pain?). Y claro, ya no se me puede olvidar cómo se dice frambuesas en inglés.
Actuaron en este capítulo: Marce pulpísima (utas que te quiero y te echaré de menos), Vale (feliz cumple), Villa (amigo de Vale), I. (vamos a tomar té?), Percibal (al menos puso a Madonna), Pablo subacuático, Negro (buenos caños).