Mi hermano Ignacio tuvo una excelente idea. Escaneó unas fotos antiguas donde salimos los cinco hermanos en esa edad en que no se puede ser más que una personita tiernucha y llena de amor. Aquí con mi cara de travesura y un bikini amarillo de última moda. Parece que encontré el antecedente de mi gusto por la natación que estaba tan escondido y retomé recién hace un año. Si quieren ver más pueden pinchar el nombre de mi bro y entrar a su fotolog. Ignacio, a quien yo llamaba "Igario" por una vez que escribió su nombre mal cuando era muy muy chiquitito, hace sanaciones de aura y es seco. El que quiera el dato que lo pida.

Hace muchos años que no me tocaba trabajar para el día, cubrir una noticia que salía mañana en el diario. Es entretenido, aunque me ponga en mi humor medio histérico de periodista de pacotilla. Seguí a la muñeca esta por Santiago durante los tres días de funciones. Un trabajo muy impresionante. Una intervención a Santiago que contó con la colaboración de miles de personas que se compraron el cuento baratito y hasta le rincieron devoción a la mona. Si todavía venden los calendarios y fotos en el centro... Raro, ¿no? De todos modos lo disfruté, aunque fue difícil en algunos momentos, sobretodo cuando los Carabineros y la producción no entendían a la prensa y nos echaban del lugar lanzando combos o aplastándonos cariñosamente con rejas de contensión. Sé que es tarde para postear de esto que ocurrió el 26, 27 y 28 de enero pasados, pero me gustó eso de que un títere atravesara la Plaza de La Constitución junto a La Moneda, fue una especie de catarsis popular. Después de todo, hace rato que se abrieron las Alamedas.

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