No quiero hacer recuentos. Es una práctica tan arraigada al periodismo que llega a molestar, como la clásica lista de los mejores discos del año. Siempre para mí son buenos los que otros encontraron mediocres. Me molesta hacer juicios de ese tipo, ponerle número a las cosas vivas o muertas. Quiero empezar a contar hacia adelante, por eso agregué un medidor en mi blog. En estos momentos ya marcó el número 1.
Voy a esperar a que llegue al número 9 para colgar un adorno en mi árbol de Navidad como el que Daniel Johnston puso en sus navidades pasadas. También quiero poner el que prometió CJ (ya pensaré un nombre mejor para tí) después de ver "The devil & Daniel Johnston" very close. El documental me dejó con el corazón apretado, una historia dramática, divertida, genial, bien contada. Lo trajo el Festival In-Edit de este año, que también me dio el gusto con The Pixies "LoudQuietLoud" en su reunión de fines del 2004. Qué ganas de ver estos documentales una y otra vez. Como el "Screaming Masterpieces" con Sigus Ros en vivo. Ahora estoy bajando a Mugison, otra banda islandesa que salió en el docu y me encantó.
Ni siquiera hubo tiempo para revisiones porque sólo quiero abrir mis regalos. Voy a dedicarle tiempo a uno en especial que viene envuelto en mil papeles de colores, con texturas diferentes y dibujos hechos a mano. Voy a pensar una canción mientras veo, desenvuelvo, un poquito más hacia dentro, la sorpresa más dulce del año.
PD: Un "Y ya cayó!" pa' tanta vieja facha que hay en este pueblucho.