
Escribo unas cuantas letras nacidas de la rabia que se me pasa a pena y muta entonces en otro cúmulo de emociones negativas que me enturbian el estómago.
Sólo quedan dos días. El sábado retomo el control de mi hogar, la primera meta fijada para este 2008. Olvidar, ordenar y limpiar.
El próximo paso es acomodar la nueva pega a mis horarios, volver al teletrabajo, recuperar mis 8 horas diarias de sueño y mi salud. Hasta Gatísimo éstá enfermo...
Quiero creer que todo estará mejor y la verdad que así pasa la mayoría de las veces. Así que no queda más que esperar el momento justo. Con un poco de suerte, faltan sólo dos días.