Hay gente que dice que todo en la vida llega de golpe y porrazo. La frase para mí se convirtió en un chiste literal ayer.
Tenía que hacer una nota cerca de la casa y en vez de caminar o tomar taxi se me ocurrió la idea genial de ir en mi noble bici mountain modelo 90. Iba escuchando una canción re buena y acordándome de otra al mismo tiempo. La tarde estaba rica, corría un viento como de playa. Sostenía la bici con los dedos de una pura mano. Entonces bajo la cuneta en un semáforo, me desequilibro y no atino a nada, salí volando y me arrrastré un poquito por el pavimento. La caída fue tan espectacular que llegaron como 4 personas a asistirme. Yo estaba super mareada, intenté pararme, pero me tuve que sentar. Al final menos mal que no pasó nada, me hice un corte en la pera y salía bastante sangre, así quedé como de película de terror, con la ropa ensangrentada. Y lo único que decía era "me pasa por weona".
Lo bueno es que aterricé a una cuadra de El Salvador. Asi que después de limpiarme un poco en el baño que me presto la señora de la funeraria, la misma que me ayudó a amarrar la bici, partí caminando.
Entremedio llamé al chico guapo que tenía como cita en la noche para avisarle que se cancelaba (tonto accidente). Mientras esperaba la sutura también llamé a mi hermana que inmediatamente organizó a la family para que me vinieran a buscar. Un par de horas depués salí con un pequeño parche en la cara, algunos puntos (escuché que eran 7 pero no creo porque es muy peque el tajo), un poco aporreada, pero bien. Lo más chistoso fue cuando entró a buscarme mi mamá, que el día anterior se había golpeado con un poste y llegó con su respectivo parche en la naríz. Nos fuimos a su casa a celebrar los 29 años de matrimonio de mis padres, muertos de la risa por las dos pájaras lesionadas.